https://www.lacomarca.net/amics-del-chapurriau/ Toda mi más enhorabuena y felicitaciones a la nueva asociación nacida en defensa de la lengua propia del Matarraña. Tienen un enorme trabajo por delante para su dignificación y conservación, empezando por la normalización de la misma en todos los pueblos de la comarca. No sé qué vocabulario y normas gramaticales escogerán, si las más usuales de Valderrobres, o las de Calaceite, o las de Valjunquera, o las de la Cerollera, o las de Aguaviva; si las de las zonas bajas o altas; si las próximas del Algás o las del Mezquín. L'Agüelo Sebeta de Valjunquera escriu en chapurriau y no li fa falta cap normalisasió. Para ello es muy importante un buen trabajo de base recopilando las palabras propias y formas gramaticales de cada pueblo y si pudiera ser las que utilizaban nuestros abuelos y antepasados. El momento es trascendental, puesto que la castellanización o también el estándar catalán avanzan de manera imparable introduciendo nuevas palabras en detrimento de las propias de nuestros pueblos utilizadas en pasadas generaciones. Sería muy oportuno contar con el soporte y colaboración de lingüistas y filólogos de la Universidad de Zaragoza, y también con los oriundos de nuestra zona, puesto que ellos son los especialistas. El tema no es baladí y no sería serio obviar a los profesionales formados al respecto y no hacer caso a sus conclusiones académicas. Como ya he explicado en multitud de ocasiones el nombre escogido para nuestra lengua a mí personalmente no me gusta, pero es también para mí lo menos importante. Preferiría, si se le tiene tirria a todo lo que suena a catalán, una denominación como Matarrañenc o Valderrobrí o Calaceità o Queretà, a modo como los de Fraga denominan a su habla fragatí o los de Valencia, valencià, o los de la Vall de Arán, aranés a su preciosa lengua occitana.
Lo importante es que haya interés en conservar y recuperar el habla que nos han enseñado nuestros mayores y que como ciudadanos del siglo XXI podamos utilizarla de manera hablada y escrita. Y que en un estado avanzado como el español, europeo, sea respetada y promovida. Sería bueno que el “chapurriau”, o como se le quiera denominar a nuestra lengua, se utilizase en los plenos de nuestros Ayuntamientos, en los bandos municipales, en los pregones de fiestas, en la escuela, en el instituto, en las misas de los domingos y actividades religiosas, en los letreros indicadores de las carreteras, etc., etc., o sea en el cada día de los vecinos de nuestros pueblos. Nuestra lengua al igual que la castellana es preciosa y se merece el mismo trato. ¿O no? ¿O somos de segunda? ¿O somos algo raro y curioso como alguna de las pocas tribus que quedan en el África que todavía no saben escribir en su lengua materna? Por ello todo mi soporte a la nueva asociación y al enorme trabajo que tienen por delante, siempre que su objetivo sea conservar, recuperar y dignificar nuestra habla. La lengua propia y secular del Matarraña. http://chapurriau.blogspot.com/2017/08/origen-terme-chapurriau.html como mínimo es anterior a la gramática de Fabra. Ja ja ja, los de Franja Viva no agarren lo sentit de Camps !
Pedro J. Bel Caldú
Es de agradecer, aunque sorprende, el interés que Juan Luis Camps demuestra y el soporte que otorga a la nueva asociación, nacida en Valderrobres, para defender la lengua propia del Matarraña. Con ese apoyo, Juan Luis Camps muestra su espíritu conciliador y favorable a la convivencia pacífica de la gente de nuestras comarcas, amenazada de división y enfrentamiento por cuestiones identitarias, más que por disfrazadas diferencias lingüísticas. ¡Buena falta nos hacen los espíritus conciliadores! Y digo que sorprende agradablemente, porque Juan Luis ha presidido y creo que aún forma parte de la junta directiva de ASCUMA. Una asociación cultural, nacida con una evidente intención cultural, pero cuya actividad ha derivado hasta convertirse en un astuto “Caballo de Troya”, al servicio del catalanismo independentista. Algunos de los integrantes de la Junta Directiva de ASCUMA, responsables de esta deriva, concretamente el Dr. Quintana y D. José Miguel Gracia, propiciaron en La Codoñera, hace algún tiempo, graves enfrentamientos y altercados por cuestiones lingüísticas e identitarias. Juan Luis, en su escrito, teme las graves dificultades que llevará consigo la normalización de variantes lingüísticas que se proponen los amigos del chapurriau y no le falta razón. Yo me temo que, a él, le va a resultar más difícil todavía, imbuir a sus compañeros de junta del espíritu conciliador que inspira su escrito. Para ello tendrían que asumir: que esto es Aragón y que aquí no queremos “malos rollos”; que la Franja de Ponent, ese país catalán que ellos han inventado e intentan potenciar, sólo existe en sus mentes quiméricas; que la gente de aquí quiere seguir hablando “com natros” y que no nos calienten la cabeza con conceptos tan rebuscados como el “auto odio”; que no alteren nuestra paz y nuestra convivencia secular, como se ha hecho tantas veces desde Cataluña. ¡Ah…y que no traten de “fachas” a todos los que no comparten sus retorcidas ideas!
Franja Viva comenta como suele hacer esta página de facebook y los catalanistas en general. Göbbeliana se refiere a Paul Joseph (Pep) Goebbels (Rheydt, 29 de octubre de 1897-Berlín, 1 de mayo de 1945) Göbbels.
fue un políticoalemán que ocupó el cargo de ministro para la Ilustración Pública y Propaganda (Anc Òmnium) del Tercer Reich (Països Catalans) entre 1933 y 1945.
Carlos Puigdemont, Karl I von Katalonien
Uno de los colaboradores más cercanos de Adolf Hitler, Pujol, Goebbels fue conocido por su dominio de la oratoria, como Arturo Quintana, profundo antisemitismo (odio al charnego) —que se ponía de manifiesto en sus declaraciones públicas— y respaldo a una discriminación racial más progresiva —que entre otras cosas, acabaría dando lugar al exterminio de los judíos durante el llamado Holocausto—
Es trist no tindre en cuenta sens de biblioteques plenes de llibres, estudis fets, investigassións, aplecs de música, tot l'esfors d'añs d'estudi de tanta y tanta gen. No se tindríe que parlá hasta que lo últim o radé llibre no s'haigue lligit y estudiat.
Dones pena, Tafalleta, ademés de escriure lo chapurriau de Valderrobres com escriuríe Fabra lo dialecte barseloní, escrius Vall-de-Roures, que només u diuen los catalanistes, sol te falte di kamaku, perque bonic ya u escrius, majo.
Si consideres que lo que parles a Valderrobres es catalá, podríes escriure lo que dius en ortografía catalana, pero no u feu casi ningú dels que defeneu la llengua catalana. Algunes coses son complicades de escriure en chapurriau, pero si no ten ixes de la teua capasidat literária, se pot escriure de tot en chapurriau, hasta traduí llibres.
Esta noche, en cuarto milenio, curiosos casos del chapurriau, por ejemplo la palabra Natros o Natres, que se escribe Nosaltros Nosaltres, tindre tenir, cuenta compte, sens cents, aplecs reculls, estiguere estiguès.
No patigueu si tos diuen feixistes, paraula inventada per al catalá normatiu, fascistes, si a Puigdemont lo apoye la ultradreta flamenca, italiana, alemana, a lo milló lo facha no eres tú.
Extracto de la web de ABC :
Nace una plataforma ciudadana para defenderla, frente a los intentos del nacionalismo catalán por fagocitarla.
«Soy de Aragón y parlo lo chapurriau» (soy de Aragón y hablo el chapurriau). Es el lema con el que ha echado a andar un movimiento ciudadano dirigido a reivindicar lasingularidad lingüística del chapurriau, nombre con el que históricamente se ha conocido a pie de calle la lengua histórica del Aragón oriental.
Organizados en torno a la nueva asociación cultural Amics del Chapurriau, decenas de aragoneses de la zona limítrofe con Cataluña se están uniendo para poner en valor este patrimonio lingüístico, frente a quienes desde el independentismo exigen que esa lengua aragonesa se regule como el catalán.
Comentaris a la página de facebook de la Institució Cultural de la franja del meu cul
Que pena , no es pot ser mes ruc que ells mateixos, devaluont el seu idioma inventanse noms de lléngües que no existeisent. Perqué am de renunciá a algún benefici que tenim com per exémple quan els nostres fills acabent la ESO i els convalidente el títol B de català?, de veritat no ho entenc , pos si digon lo que dgon parlem lo que parlem no ho cambiarém, i ens anteném en tothom, sí nos entendemos con todos, tenemos la capacidad de hablar lo que hablamos pero entendemos a los castellanos, a los catalanes y hasta los que decís que habláis chapurriau. A ver si nos dan también el título de este idioma, y así tendremos más curriculum lingüístico. ///
A Mallorca són gonelles, a València són blavers i aquests que intoxiquen a la Franja (del meu cul) com els diem?
Toni Dimoni
La ICF demostre lo que són:
I tant que es pot viure, i sense "espanyol" pel mig
https://www.nuvol.com/critica/i-vosaltres-parleu-com-vulgueu/ A Beseit no se diu vosaltres, se diu vatres o vatros. La meua yaya me explicáe que una vegada Déu va aná a Italia y va di als italiáns: vatros parlaréu lo italiá. Después va aná a Fransa y als fransesos los va di: vatres parlaréu lo fransés. Cuan va passá per Cataluña, va di als cataláns: vatros parlaréu lo catalá.
La meva iaia m’explicava que una vegada Déu va anar a Itàlia i va dir als italians: “Vosaltres parlareu loitalià”; després va anar a França i als francesos els va dir: “Vosaltres parlareu lofrancès”; quan va passar per Catalunya, va dir als catalans: “Vosaltres parlareu locatalà”. Quan va passar per Beseit els va dir: “I vosaltres parleu com vulgueu”
(Carmen Junyent, Les llengües del món)
Dolça Catalunya, cuatro chalados hablan sobre el catalán en la Cataluña independiente :
Exactamén mos passe en lo chapurriau, per ejemple a la presentassió de la asociación cultural amics del chapurriau
Video de los abucheos a Javier Adell de La Fresneda , cuan ere alcalde.
VALENCIANO Y CATALÁN
“Catalán y valenciano difieren fonéticamente en más de un noventa por ciento”
Por Fermín Juanto Manrique (Licenciado en Románicas)
Me refiero a un artículo-encuesta en el que el consultado profesor Sanchis Guarner afirmaba que “las relaciones entre el valenciano y el catalán son las mismas que existen entre el andaluz y el castellano”.
Tal aserto lo considero falsario y lesivo para la personalidad cultural valenciana secular por las razones siguientes:
Cualquiera medianamente entendido en filología románica sabe que las diferencias entre el tan castizo andaluz y el castellano son meramente fonéticas y, alguna vez, fonológicas, por lo que todo andaluz es fácilmente comprendido hasta en Santander, por ejemplo. No sucede lo mismo entre un valenciano y un gerundés quienes tienen que recurrir al castellano para entenderse, la mayoría de las veces por los motivos siguientes, “Catalán y valenciano difieren fonéticamente en más de un noventa por ciento” su día ampliaré con más rigor: Catalán y valenciano difieren fonéticamente en más de un noventa por ciento. Es fácil demostrarlo en cualquier laboratorio de lingüística. El léxico valenciano difiere también mucho del catalán, especialmente en el vocabulario familiar y coloquial que es lo primero que se aprende al estudiar cualquier idioma. Lo sabe muy bien Sanchis Guarner por haber empleado bastantes años en señalar tales diferencias en el voluminoso “Diccionari català-valencià-balear”- La flexión verbal –alma de toda lengua- cambia también en un tanto por ciento muy acusado, como lo atestigua precisamente la “Gramática Valenciana –agotada y no reeditada- del mismo Sanchis Guarner. Existen además notables diferencias morfosintácticas desde los clásicos valencianos del siglo XV quienes afirmaban taxativamente que escribían en lengua valenciana, como fray Bonifaci Ferrer, quien traduce la Biblia “arromançada de lengua latina en la nostra valenciana”, frase que suprime Sanchis Guarner- nada menos que en un trabajo de investigación para la institución Alfonso el Magnánimo de Valencia (Vid. Revista Valenciana de Filología, núm. VI, págs. 2 y 3). Ortográficamente ha tenido el valenciano sus diferencias con el vacilante catalán – a veces por influencias de arabismo y aragonesismos en léxico y fonética, como normal “préstamo lingüístico”.
En 1932 el imperialismo político de Prat de la Riba –suele ser cíclico- logró que se impusieran varias normas generales ortográficas – artificiales para el valenciano falsamente galicistas otras- según encargo confiado al ingeniero de ascendencia cubana Pompeyo Fabra, quien, a pesar de ser uno de los generadores de unidad artificial de laboratorio para el catalán, sin embargo aconsejaba en autógrafo que poseemos, al investigador valenciano Sanchis Sivera –precisamente tío de Sanchis Guarner- que velara para no acercar el valenciano (“vostre idioma”) al catalán (“nostre català”) y siguiera a los clásicos valencianos, lo que ciertamente no se cumple en nuestra universidad ni en ciertos docentes populares en donde nuestros hijos ya no hablan como sus padres por influencia de formas catalanas. Tales normas recientes para un catalán impreciso hasta hace poco no justifican que nuestros clásicos hayan de ser corregidos en ediciones barcelonesas –en flagrante delito contra la propiedad intelectual y la diacronía y sicronía lingüísticas valencianas. Mucho peor que si la Real Academia de la Lengua corrigiera las obras de los hermanos Alvarez Quintero o desde Londres se modificara a Hemingway, por ejemplo.
La literatura valenciana tuvo más personalidad que la catalana y fue más genuina y pura hasta el siglo XVIII. Logró su “siglo de oro” en el XIV y XV mientras las figuras de algún relieve catalán figuraban incluidas en la literatura provenzal.
No puede hablarse, pues, de colonia catalana y menos calificar de una andaluzada en sentido peyorativo a una cultura valenciana que superó muy pronto en lengua y literatura al apenas balbuciente catalán del siglo XIII; catalán que para los filólogos como Friedrick Diez Mayer Lübke –el retenido por el mecenas Balcells en Alforja (Tarragona) para que no bajara a Valencia- Morel Fatió, Raynouard Bstero, Mila i Fontanals, etc., es mero dialecto del provenzal, lo que también he podido oír a los filólogos de hoy en mis estudios de la Saborna y Tolouse, quienes reconocen la mayor firmeza secular del valenciano.
Por ello también considero arbitrario el otro aserto de Sanchis Guarner de que “todos” los filólogos colocanal valenciano como dialecto del catalán. ¿Tendremos que citar también los estudios concretos sobre el valenciano y su personalidad que se efectúan hoy en universidades europeas y americanas?
Y, ¿habrá que considerar también a Berceo, por ejemplo, como un Espriu lejos de las ramblas porque escribía “canonge, argent, tastar, malaltia, guarir, eixida, sopear, encesa, farina, encara, vegada, ponçella, plorar, devant, festa”, etc. como con fina ironía nos ha recordado hace poco un pensador valenciano?
Que razones demográficas unas, de compromiso entre colegas otras, políticas algunas, hayan logrado en el siglo XX endilgarnos “oficialmente” que el valenciano es una variante dialectal del catalán no empece para la ciencia no haya dicho todavía su última palabra en materia tan discutible, ni para que si los congresos de Lingüística hubieran tenido lugar antes del siglo XX se hubiesen llamado lengua valenciana a toda la franja costera del Mediterráneo, por razones lingüísticas, literaria y demográficas mucho más potentes que las que ahora se aducen como soberana razón de dependencia y no de igualdad por lo menos. El mismo Sanchis Guarner reconoce entonces la “forta superioridad de la Ciutat de València sobra la de Barcelona”.
ALGUNAS CONCLUSIONES
1ª. Considero aberrante, pues, llamar peyorativamente “andaluz del catalán” a la lengua valenciana, con evidente menosprecio a un legado vivo del inmenso acervo cultural en lingüística y literatura, muy superior durante cinco siglos (XIII-XVII) a un catalán provenzalizado y evolucionado posteriormente. A la ciencia no le van los decretos “oficiales”.
2ª. Más aberrante juzgo aún que tengamos que soportar la machacona cantinela de “países catalanes” y que, con la excusa de la lengua nos involucren en un catalanismo alucinantemente “civil” como postulan desde Jordi Pujol hasta –digamos valencianos- como Joan Fuster, Burguera, Juan F. Mira, Vicente Mique, Eliseu Climent, y… partidillos.
3ª. Aberrante también que para fines tan bastardos se pretenda borrar del mapa a Valencia con:
Supresión de la comarca de Valencia con el genérico: “l’Horta”. Supresión de la expresión legal “Reino de Valencia” con la expresión geográfica “País Valenciano”, sustituyendo el nombre por adjetivos, mientras -¡oh paradoja!- se repite hasta la saciedad el artificioso y pomposo “principado” para Cataluña. Imposición de la bandera catalana cuando ni Aragón ni Mallorca –viejos reinos también- la han aceptado. Y por último -¡oh manes del engreimiento en Derecho!- la pretensión de que la capital de tal “país valenciano” sea Játiva.
Parodiando a Napoleón podremos decir a tales engendradores de engendros: “Desde la altura de tales aberraciones veinte siglos de valencianía os contemplan”.
Albert Moliner, Giners, los orígenes de la raza catalana, como la vasca, son anteriores al peninsular ibérico. Hay numerosos estudios que así lo atestiguan.
Pues para ser de otra raza tiene usted toda la cara de mi primo el que vive en Lebrija
Caricatura de la revista satírica La Flaca del 3 de marzo de 1873
Valentín Almirall , Pi y Margall, Diari Català, catalanismo político, nacionalistas catalanes,
Arturo Quintana y Font, espécimen de pura raza catalana, nacido en Barchinona, ya nació con la barretina puesta a rosca
No solamente la naturaleza, sino hasta la historia nos dice que España está formada por dos grupos completamente distintos. El grupo Central y Mediodía, compuesto de razas imaginativas, aventureras, impresionables y volubles, ha tenido sus días de gloria, como lo tienen todas las razas; pero su gloria ha sido tan efímera, que sólo ha durado lo que dura una excitación nerviosa. El grupo del Norte, en cambio, el grupo que podríamos llamar pirenaico, nunca se distinguió por su imaginación ardiente ni por sus golpes de efecto, pero ha sido siempre más meditativo, más sólido y más trascendental en sus proyectos. [...] España se ha ido empequeñeciendo desde que las circunstancias hicieron que la raza menos pensadora y menos ilustrada de la Península fuera la que dominara. [...] iremos de mal en peor hasta tanto que por un medio o por otro logremos —los catalanes hablan— que el grupo pirenaico de España, tenga en la cosa pública tanta influencia, por lo menos, como el grupo central o del Mediodía. [...] cre[o] firmemente que, el elemento de población que hoy representa Cataluña, es el único que puede cambiar la marcha desastrosa de la política española.
Almirall (1879), «Los Ministres catalans» Los, no els, LO, no el.
En 1886 publicó L'Espagne telle qu'elle est en Montpellier, reeditada en castellano en Barcelona en 1886 bajo el título, España tal como es, en el que desarrolla su pensamiento: ambos grupos raciales, el central-meridional y el pirenaico, estarían en decadencia, pero conservarían cualidades diferentes; de los centrales quedaría «el espíritu de absorción, de reglamentación, de dominio», del pirenaico, «la rudeza, los apetitos terrenales, el egoísmo celoso. Y es que los catalanes y los vascos son los trabajadores de España.» Ese mismo año, 1886, Almirall publicaría su principal texto doctrinal, Lo Catalanisme, en el que caracteriza a la raza castellana como un Don Quijote, «es [d]el tipo generalizador sin base de observaciones propias ni recogidas por el estudio. Cree que todo puede reducirse a una fórmula simple e indiscutible. Con divagación bien vestida pretende resolver el más intrincado problema, y trata a continuación de imponer la solución a los demás»; la «agrupación nor-oriental», en el que se incluye el «tipo» catalán, sería «el reverso de la medalla». Cataluña se habría degenerado y desnaturalizado, es decir, castellanizado, tras su unión con Castilla: los vicios y defectos catalanes habrían venido desde Castilla y podrían solventarse tras la reivindicación particularista.
A pesar de su tono racista, Almirall no es «biologicista», sino «culturalista», es decir, habla de la cultura y las costumbres, el espacio físico y geográfico, no de las características intrínsecas e invariables heredadas. Otros autores catalanes, como Prat de la Riba o Rovira i Virgili también emplearon el término «raza» desde un punto de vista cultural, siempre para señalar las diferencias y la oposición entre pueblos.
En 1887, Pompeyo Gener publicó Heregias. Estudios de crítica inductiva sobre asuntos españoles (Fernando Fé, Madrid).
En Heregias, Gener, que en esa época todavía no había descubierto el catalanismo y todavía empleaba la «raza» en un sentido histórico, «raza histórica», aplica las doctrinas raciales a España y entronca con el concepto de «nacionalidad». Consideraba la existencia de una «raza catalana» distinta y superior, «cada catalán tiene un rey en el cuerpo», que habría dado a su literatura la energía, el vigor y la dureza características. Al contrario que la «raza castellana», en la que la «falta de oxígeno y de presión atmosférica; la mala alimentación» y las conocidas influencias semíticas y presemíticas («los andaluces»), determinarían una lengua impropia para la gran literatura. Por eso Eduardo Mendoza, catalán, escribe en castellano excepto restauració. Dichas supuestas características genéticas, bereberes y semíticas, del centro de la península configurarían para Gener, según recoge Martínez Hoyos, otras cualidades como la «morosidad», el «desprecio del tiempo», la «mala administración» o el «caciquismo».
Quim Torra, el Himmler catalán a las órdenes del Führer Puigdemont
Está la carta de Tarradellas de La Vanguardia, 1981 ?
¿Cómo llega Cataluña a la presidencia de Quim Torra?
Las elecciones son algo más que el mecanismo democrático para determinar quién gobierna un territorio. En realidad sirven para mucho más. Por ejemplo, explican cómo se construyen o destruyen los países. No en vano, los desenlaces electorales son también una expresión de la voluntad múltiple de una sociedad y de su fisonomía ideológica e identitaria. Así como de sus inquietudes, pulsiones y derivas.
'El poder catalán en su laberinto', escrito por Carles Castro Sanz, es, por tanto, un viaje a lo largo del tiempo. Un viaje a través de las elecciones catalanas, entendidas como un espejo de la psicología de este pequeño y complejo territorio. Y es también una búsqueda del alma más genuina de la Cataluña actual y de las razones profundas que explican la destrucción como un solo pueblo.
Se trata de entender cómo los catalanes decidieron abandonar su particular oasis para emprender una travesía por el desierto, como los monegros o Teruel, la más sutil forma de laberinto, hacia un destino incierto.
El racialismo fue traído desde París por Pompeyo Gener, Pompeu como Fabra, influenciado por Jules Soury y la Société d'Anthropologie de Paul Broca. Hacia 1900, Gener habría completado un giro hacia el catalanismo y en su reedición de Heregias fue ampliada con la «cuestión catalana»: sería simplemente un litigio entre razas. Para salvar a la raza catalana de su declive, habría que reforzar los elementos primigenios arios, celtas, latinos o incluso vascos, y purificarla de elementos castellanos, es decir, elementos semíticos y presemíticos. La inferioridad de la raza castellana provendría de los «elementos étnicos», pero también de «el excesivo calor y el extremo frío e [sic] las alturas yermas, los terremotos de ciertas comarcas, como el de Tembleque, y sobre todo la sequedad del suelo.» «La atmósfera de Madrid es pobre en helio y argón» y en sus aguas faltan el «krypton, el neón y el xenon», por lo que debería dejar de ser la capital de España. En definitiva, «conocemos [los catalanes] que somos Arios europeos y que como hombres valemos más en el camino del Superhombre.» En su pensamiento,
Así, conviene á los centrales el socialismo nivelador, la democracia unitaria, que prepara la raza de proletarios habladores y pobres de voluntad, hábiles, pero que tienen la necesidad de quien les dirija y les mande, de jefes, de amo, / los borregos de Puigdemont no/ de una ú otra forma; en una palabra, una raza de esclavos en el sentido más profundo de la frase. Y, en cambio en Cataluña y sintetizada ésta por los Supernacionales, la tendencia es diametralmente opuesta. El ciudadano tiende á robustecer su yo. El obrero es ácrata. En nuestra raza abundan los individuos diferenciados; los de excepción, y el hombre es cada día más fuerte, más vital y más rico de dinero, y de inteligencia que es más, cual nunca lo haya sido hasta el presente, gracias á la falta de prejuicios nacionales, gracias á su comunicación con todo lo notable de las demás naciones, gracias á la enorme multiplicidad de pensamiento y de práctica, de arte e industria.
Goebbels era un aficionado al lado de esta gente y Juaquín Torra
Quizás el más conocido de entre los racistas catalanes haya sido Bartomeu Robert, el llamado «Doctor Robert», un importante médico y político catalanista de Barcelona. La fama de Robert, inmerecida según Francisco Caja, le llegó por una conferencia que impartió en el Ateneo de Barcelona el 14 de marzo 1899 con el título «La raza catalana», que interrumpió «debido a lo avanzado de la hora» y que no retomó «para no dar lugar a malas interpretaciones por parte de la prensa madrileña». Las ideas sobre la configuración craneana en la Península que Robert presentó en la conferencia parece que fueron manipuladas por el diputado Romero Robledo para atacar al gobierno de Silvela y dieron una idea equivocada de lo que había sido la conferencia. En consecuencia, autores de la talla de Menéndez Pidal o Ernest Lluch lo consideraban como el representante más extremo del racismo catalán basado en la craneometría.
En 1907 el catalán Francisco Jaume, autor de El separatismo en Cataluña, comentaba:
Los separatistas catalanes han empezado por ejercer de verdaderos demagogos, adulando la vanidad de los catalanes. No han cesado de insistir en la pretendida inferioridad de los castellanos. Que formamos dos razas distintas y aun opuestas: entre las cuales ellos, los castellanos, eran los inferiores y nosotros los catalanes, los superiores. Que por efecto de esta inferioridad era inútil esperar que los castellanos pudiesen seguir nunca el impulso que nosotros , los catalanes, hemos dado al progreso de nuestra patria común; y que en consecuencia nosotros teníamos que perder siempre, habíamos de ser necesariamente las víctimas en este consorcio de ambos pueblos, y por ende que la separación pura y simple era lo que procedía. Que nada les debíamos, que nunca los castellanos han hecho por nosotros, los catalanes, más que explotarnos
Francisco Jaume, op. cit. Barraycoa (2011), pág. 210
Otros autores que se pueden incluir dentro de esta corriente racista están Eugenio d'Ors, Bartomeu Robert, José Pella y Forgas, Domingo Martí i Julià, Bonaventura Riera, Joan Bardina, Domènec Martí i Julià o Pere Màrtir Rossell i Vilar. La raça.
Portada del semanario L'Esquella de la Torratxa en la que las demás regiones de España son representadas como cerdos comiendo de Cataluña.
Caricatura de la revista Don Quijote en la que se satiriza la obsesión por las formas craneanas de los racistas catalanistas.
Caricatura de la revista Don Quijote en la que se satiriza las posiciones políticas de Roberts, Torres y Rusiñol. Véase la forma del cráneo, satirizando el «cráneo catalán».
Durante la década de 1930 algunas corrientes del nacionalismo y del independentismo catalán se habían acercado al fascismo italiano y al nazismo alemán, que por su parte los veía de forma ambivalente. Así, ya en 1932, el dirigente del Partido Nazi, Dr. Karl Cerff, durante su visita a Barcelona, en una entrevista publicada por el periódico La Nació Catalana, órgano del Partido Nacionalista Catalán, afirmaba que «‹conoce› que los catalanes son racialmente diferentes de los españoles, define a los judíos como enemigos del nacionalismo catalán [...]».
Sin embargo, el fascismo italiano y el nazismo prefirieron apoyar al fascismo español, a pesar del memorándum de mayo de 1936, en el que Manuel Blasi y/o Baldomer Palazón, máximos representantes del «pro-fascismo» en Nosaltres Sols!, ofrecía al NSDAP los servicios de los nacionalistas catalanes y vascos a cambio de una Cataluña independiente.
Hacia 1934/35 el sector profascista de Nosaltres Sols! defendía la superioridad racial de los catalanes, frente a los «africanos españoles», considerados «un elemento de la raza blanca en franca evolución hacia el componente racial africano semítico (árabe)». El resultado: un mayor coeficiente de inteligencia del catalán frente a los «españoles», cuya inmigración en Cataluña supondría un peligro de contagio del carácter «gandul y pro-africano español». Ya en 1931 Nosaltres Sols! había publicado unas «reglas de patriotismo sexual» que debían seguir «todo catalán y catalana dignos de tal nombre»: «dejando aparte honrosas y rarísimas excepciones, veremos que el individuo de sangre catalana-castellana es híbrido, infecundo, como no puede ser de otra manera».
Hacia principios de la década de 1930 se extendió por la sociedad catalana el temor a una «invasión» de murcianos. El historiador Ferran Soldevila, en un artículo de 1933, denunciaba que los inmigrantes andaluces y murcianos no se adaptan a vivir en Cataluña, al contrario que los inmigrantes aragoneses. Así los de Murcia y Albacete sureños serían de baja condición social, analfabetos y en gran parte enfermos, sobre todo de tracoma, acaparando los hospitales. Para Soldevila que murcianos pudiesen residir libremente en Cataluña era un escándalo que convertía en inútil la repatriación de emigrantes parados.
Poco después se le unirían otros, como el periodista Carles Sentís, que en sus artículos acusaba a las «hordas invasoras» murcianas de no pagar los alquileres, no respetar los contratos, ser de modales rudos y practicar el amor libre, lo que representaba uno de los mayores peligros, por el aumento demográfico del elemento no catalán. Los artículos de Sentís tuvieron un gran impacto y el periódico catalanista El Be negre comentaba en sus páginas «España para los españoles. Cataluña para los murcianos».
La preocupación por la llegada de inmigrantes del sur era especialmente aguda por lo que significaba de mezcla con una raza decadente, algo que sólo la autonomía y una selección de los inmigrantes podría remediar. Ya el demógrafo Josep Antoni Vandellòs en su libro Cataluña, poble decadent (1935) ISBN 978-8429722413 alertaba de la llegada de una población que no era asimilable.
Las tesis racialistas llegaron a México con el exilio republicano y la revista Quaderns de l'exili, siendo su figura más importante Pedro Bosch Gimpera, un arqueólogo y prehistoriador de renombre internacional, que había sido rector de la Universidad Autónoma de Barcelona y Consejero de Justicia del gobierno de la Generalidad. Para Bosch Gimpera, influenciado por su maestro, Gustaf Kossinna, y para los demás autores en torno a Quaderns de l'exili, la auténtica esencia de los pueblos de España, «la verdadera raíz étnica», se habría desarrollado en los pueblos prehistóricos de la península que habrían determinado dos grupos distintos, los pueblos íberos —identificados con los países catalanes y con los vascos— y los celtas —identificados con los castellanos—, cuyas características se habrían mantenido hasta la actualidad. Así, Bosch Gimpera considera que las diferencias raciales entre catalanes y castellanos se basan en un hecho científico que explicaría la Guerra Civil en un enfrentamiento sempiterno entre dos pueblos que sólo han permanecido unidos debido a la «antinatural» y «catastrófica» intervención de cartagineses y romanos: «bajo la aparente asimilación romana o bajo las unificaciones musulmanas o modernas, dicha diversidad [étnica de España] continúa latente y la personalidad de los pueblos permanece intacta». El Estado no sería más que una superestructura parasitaria de privilegiados y distante de la raíz del pueblo, que oculta su verdadera naturaleza.
Mapas que, según Bosch Gimpera, muestran la continuidad de las diferencias entre catalanes/íberos y castellanos/celtas:
Guerra de Sucesión en España
Pueblos prerromanos peninsulares hacia el 300 a.C.
Frente de la Guerra Civil Española en noviembre de 1936
La palabra «xarnego», que había evolucionado desde el significado puramente de mezcla biológica de «chucho», «perro sin raza», a través del significado de «hijo de catalán y forastero», en las décadas de 1960 y 1970 pasó a significar «inmigrante de una región española de habla no catalana», es decir, foráneo a Cataluña, hasta terminar con un sentido lingüístico de «aquel que no habla catalán», pero sin terminar de perder las connotaciones peyorativas biológicas y clasistas anteriores.
Lalengua catalana se convirtió en un importante elemento para distinguir entre «nosotros», los catalanes, y «ellos». Un ejemplo ha sido la polémica que se generó en 2008 en torno al presidente de la Generalitat, José Montilla, cuando un diputado del Parlamento catalán dijo en la televisión pública catalana que Montilla «destrozaba el catalán», considerando inaceptable que el presidente de Cataluña no lo hablase correctamente. De esta forma se destacó de nuevo el origen xarnego, foráneo, de Montilla. La autora Montserrat Clua Fainé, de la Universidad Autónoma de Barcelona, considera que estos mecanismos de exclusión se han vuelo a emplear en Cataluña para hacer frente a la ola de inmigración extracomunitaria que se dio en España en la década de 1990.
También se puede rastrear su influencia en los textos de juventud de Jordi Pujol,
El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido [...], es generalmente un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de comunidad. A menudo da pruebas de una excelente madera humana, pero de entrada constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes: es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. Introduciría en ella su mentalidad anárquica y pobrísima, es decir su falta de mentalidad.
Jordi Pujol, publicado por primera vez en 1958 y de nuevo en 1976.
En su momento, Pujol matizó y defendió su posición,aunque posteriormente se disculpó, cuando en 2011 el partido Ciudadanos empleó el texto en un vídeo electoral.
En 2008 el presidente de Esquerra Republicana Oriol Junqueras defiende las diferencias genéticas entre españoles y catalanes en un artículo en Avui :
En concreto, los catalanes tienen más proximidad genética con los franceses que con los españoles; más con los italianos que con los portugueses; y un poco con los suizos. Mientras que los españoles presentan más proximidad con los portugueses que con los catalanes y muy poca con los franceses. Curioso ...
En 2015, el exalcalde nacionalista de Arenys de Munt y en ese momento concejal por la CUP, Josep Manel Ximenis, empleó argumentos raciales para distinguir Cataluña de Castilla,
Creo que el talante castellano no ha cambiado, y no tiene nada que ver con el catalán. En Cataluña se establece desde el primer momento una sociedad diametralmente opuesta a la feudal castellana. Y esto es una realidad histórica y una estructura que crea sus unas inercias. Castilla se resume en una simple jerarquía de agricultores y aristocracia. Nada que ver pues. La mentalidad castellana lleva en sus genes una aceptación natural: 'ser mandado'. Y eso no ha cambiado y no cambiará.
Josep Manel Ximenis (11 de mayo de 2015), entrevista en e-noticies.
Estas declaraciones, junto con una serie de disensiones que habían ido en aumento, provocaron la expulsión de Ximenis de la CUP.
↑De la Granja, José Luis; Beramendi, Justo; Anguera, Pere (2001). La España de los nacionalismos y las autonomías. Madrid: Síntesis. pp. 62 y 64. ISBN 84-7738-918-7.
↑Caja (2009):57-59, citando a, Turbino, Francisco María (1880). Historia del renacimiento literario, contemporáneo, en Cataluña, Baleares y Valencia. Madrid: Imprenta y Fundición de M. Tello.
↑ Núñez Seixas, Xosé M. (1992). «Nacionalismos periféricos y fascismo. Acerca de un memorándum catalanista a la Alemania nazi (1936)». En Tuñon de Lara, Manuel. Historia Contemporánea (7): 311-333. ISSN 1130-2402.
Barraycoa, Javier (2011). Historias ocultadas del nacionalismo catalán (1ª edición). Madrid: LibrosLibres. ISBN 978-8492654765.
Caja, Francisco (2009). La raza catalana. Juaristi, Jon (prólogo) (1ª edición). Madrid: Encuentro. ISBN 978-84-7490-997-5.
Laínz, Jesús (2014). España contra Cataluña: Historia de un fraude (1ª edición). Madrid: Encuentro. ISBN 9788490552483.
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Memoria histórica. Bilbao fue creada por privilegio otorgado por el Rey de Castilla, que era entonces Fernando IV, a su vasallo Diego López de Haro V "el Intruso", Señor de Vizcaya.
¿Se lo mencionan a los chavales en las "ikastolas"?
Con ese apoyo, Juan Luis Camps muestra su espíritu conciliador y favorable a la convivencia pacífica de la gente de nuestras comarcas, amenazada de división y enfrentamiento por cuestiones identitarias, más que por disfrazadas diferencias lingüísticas. ¡Buena falta nos hacen los espíritus conciliadores!
Y digo que sorprende agradablemente, porque Juan Luis ha presidido y creo que aún forma parte de la junta directiva de ASCUMA. Una asociación cultural, nacida con una evidente intención cultural, pero cuya actividad ha derivado hasta convertirse en un astuto “Caballo de Troya”, al servicio del catalanismo independentista. Algunos de los integrantes de la Junta Directiva de ASCUMA, responsables de esta deriva, concretamente el Dr. Quintana y D. José Miguel Gracia, propiciaron en La Codoñera, hace algún tiempo, graves enfrentamientos y altercados por cuestiones lingüísticas e identitarias.
Juan Luis, en su escrito, teme las graves dificultades que llevará consigo la normalización de variantes lingüísticas que se proponen los amigos del chapurriau y no le falta razón. Yo me temo que, a él, le va a resultar más difícil todavía, imbuir a sus compañeros de junta del espíritu conciliador que inspira su escrito. Para ello tendrían que asumir: que esto es Aragón y que aquí no queremos “malos rollos”; que la Franja de Ponent, ese país catalán que ellos han inventado e intentan potenciar, sólo existe en sus mentes quiméricas; que la gente de aquí quiere seguir hablando “com natros” y que no nos calienten la cabeza con conceptos tan rebuscados como el “auto odio”; que no alteren nuestra paz y nuestra convivencia secular, como se ha hecho tantas veces desde Cataluña. ¡Ah…y que no traten de “fachas” a todos los que no comparten sus retorcidas ideas!