Mostrando entradas con la etiqueta frontera. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta frontera. Mostrar todas las entradas

La imposible frontera catalano-valenciana

La imposible frontera catalano-valenciana
El espíritu de Reconquista sólo se produce allí donde los cristianos y musulmanes tienen fronteras comunes. Navarra, a partir del siglo XII, perdió su confrontación con los musulmanes y así perdió su espíritu reconquistador. Es evidente que luchará contra los musulmanes. Pero motivada por otros resortes, principalmente religiosos.

El problema de la frontera catalana me lo planteaba recientemente el Prof. Dr. David Romano (Universidad de Barcelona). Su argumentación resulta convincente. Es esta, principalmente.
La documentación de las encomiendas catalanas de los Hospitalarios situadas al Norte del Ebro se conserva en el Archivo de la Corona de Aragón, en Barcelona. La de las situadas al Sur (Orta de San Juan y Amposta) estaba en el Archivo de San Juan de los Panetes, de Zaragoza, y luego la pasaron al Archivo Histórico Nacional de Madrid. Luego estas tierras del Sur del Ebro -hoy catalanas- durante la Edad Media estaban integradas en el reino de Aragón.
El tema puede interesar indirectamente a la Historia valenciana. Y voy a dedicarle las páginas siguientes.
El año 1149 Guillén de Belmes era “maestre en Aragón y en Barcelona”, en la orden de los Hospitalarios. El 1154 se documenta por vez primera un “mestre en Amposta”, lo que -según Miret i Sans- supone la separación administrativa de los hospitalarios aragoneses y catalanes. Pero en 1177 Amposta pasa a convertirse en la sede más importante de los Hospitalarios de la Corona de Aragón, con una reorganización administrativa mal conocida, bajo el mandato del maestre Pedro López de Luna (1177-1179).
Los hospitalarios poseyeron Amposta hasta que el rey Pedro III, en el año 1280 les cambió esta posesión por Gallur y Onda. Y a mediados del siglo XIV se segregó el priorato de Cataluña de las castellanía de Amposta; entonces los antiguos castellanes se asentaron en Zaragoza.
Dicho de otra manera. Desde 1177 hasta 1280 Amposta aparece vinculada a Aragón, donde se refugiarían sus maestres cuando entreguen tal población a Pedro III de Aragón. Lo que puede presuponer que la mayor parte de las tierras entre el Ebro y el río Cenia -hoy catalanas- fueron a finales del siglo XII y casi todo el siglo XIII aragonesas. Y que, por lo tanto, Cataluña y Valencia no tuvieron límites comunes en los momentos de conquista y creación del reino cristiano de Valencia.
Fon: Dos actitudes ante la reconquista de Valencia (Antonio Ubieto Arteta, Temas Valencianos Ed. Anubar, 1977)

Viaje por la frontera de palabras

http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/comarcas/viaje-frontera-palabras_309491.html

El interior de la provincia de Castellón esconde sorpresas lingüísticas como los dialectos y localismos de los municipios de la frontera del valenciano y el castellano.

Llegan las vacaciones y una buena opción es el turismo lingüístico. Esto es, visitar zonas con dialectos o hablas peculiares y conversar con los lugareños. La frontera entre el valenciano y el castellano a lo largo de la provincia ofrece casos muy interesantes. Y también hermosos paisajes, para quien no le contente la lingüística

En el sur de la provincia la frontera idiomática discurre a tan solo 20 kilómetros del mar. En la villa de Chóvar, por ejemplo, se habla un castellano con confusión de la ese y la zeta y un cierto deje aragonés
Rafael Manzana, jubilado del lugar que pronuncia su apellido mansana, explica que "a las almendras les badamos la piel". Pero esta tarea se hace más pesada si los almendros se encuentran en lo alto de una rocha, que es como se conoce a las cuestas en la Sierra de Espadán.
Estos localismos no se dan solo en zonas rurales. Los habitantes de la Vall d´Uixó llaman coltxo al botijo de beber y antemós a una persona de corto entendimiento. Ya en el corazón de Espadán, Algimia de Almonacid genera palabras de origen incomprensible como litero, que significa tanto sol como calor. "Mira que está cascando un litero que bada las piedras", dice Pepe Calvo, natural de la localidad, al referirse a un día bochornoso. "Los de Alcudia nos dicen que al sol lo llamemos litero, pero lo cierto es que ellos hablan un chapurriau que no hay quien los entienda", explica. Y es que muchos lugareños denominan chapurriau a estas hablas limítrofes.

Desde Azuébar, César Ortín señala que "es raro ver personas hablando valenciano en el pueblo, pero lo comprendemos gracias a Canal 9". Lo cierto es que pocos habitantes de la zona se lanzan a hablarlo. Uno de ellos es Calvo, quien cuando es preguntado en valenciano contesta "poquet a poquet el parlaré". A este intento de hablar la lengua de Joanot Martorell suelen llamarlo churro. Un término que según Calvo no es despectivo, ya que sus orígenes "se remontan a los tiempos de la Reconquista, cuando los señores de la zona juraban lealtad a Jaime I. Cada uno de ellos decía jo jure, pero llegó el turno del señor de esta parte y soltó yo churro".