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Pedro , comentari, La Comarca

Acabo de enviar a La Comarca un escrit de resposta a algunes de les opinions expresades. Espero que el publicarán demá:

Veo que el anuncio de la creación en Valderrobres de una asociación, cuya única finalidad es la defensa de la lengua materna de muchos bajo-aragoneses, está provocando una virulenta reacción por parte de los activistas profesionales del catalanismo en Aragón.

Los métodos y las tácticas del “supremacismo” catalanista son de manual: todo aquel que no piense como ellos, y no se someta a sus postulados, es fascista; su “Caballo de Troya” para inocular el virus del independentismo de los inexistentes “Països catalans” es la lengua; las plataformas de contaminación de ese virus son la enseñanza, el mundo de la cultura, las redes sociales y los medios de comunicación orales o escritos que se presten a ello.

La infección de ese virus nacional-catalanista ha conseguido, de momento en Cataluña, dividir y radicalizar la sociedad hasta extremos inconcebibles hasta ahora. Y está en vías de conseguirlo en Baleares y en Valencia donde ha entrado, como “burro en una cacharrería”, en el mundo de la enseñanza, mediante profesores debidamente adoctrinados. Ahora toca emponzoñar Aragón.

Un “buenismo bobalicón” ha permitido que los gobiernos autonómicos, de las tres autonomías infectadas por el virus, no hayan atisbado el peligro. No han sabido, o no han querido, detectar la amenaza de ruptura social que se está produciendo con su anuencia. Han aprobado leyes que dejan el camino expedito a los planes de penetración, perfectamente elaborados, y sistemáticamente aplicados, por el insaciable nacionalismo catalán.

A mí tampoco me gusta el nombre escogido para nuestras hablas y veo inadecuado que por comodidad se adopte, como propia, la grafía castellana para su escritura. Así se lo he manifestado en las redes sociales. Pero cada uno es dueño de sus actos y decisiones y su opción merece todos mis respetos.

El despliegue de medios con que cuentan los agresores es inmenso: amparo de la “Sacra Congregatio de Propaganda Lingua” , perdón “Institut d’Estudis Catalans”, la “Estructura d’Estat” más importante de Cataluña, con sus potentes tentáculos en las redes sociales como xarxes@gencat.cat y comarquesnord.cat ; asociaciones “culturales” como ASCUMA, IBEC, ACLF y CERi, todas ellas coordinadas por el ICF  ( ver el enlace)

https://ca.wikipedia.org/wiki/Iniciativa_Cultural_de_la_Franja

ICF es el cordón umbilical por donde se alimenta la promoción y mantenimiento de activistas y la recepción de consignas y subvenciones desde el gobierno catalán. Su fundador y alma mater es el Dr. Artur Quintana, miembro numerario del “Institut d’Estudis Catalans”. Recientemente ha sido galardonado con la Creu de Sant Jordi, la máxima condecoración catalana, para premiar los méritos y la dedicación a la difusión de la lengua y cultura catalanas. Todos estos datos pueden ser contrastados fácilmente poniendo los nombres de instituciones y personas citados en cualquier buscador de internet.



Mi intención es puramente informativa, me encanta desenmascarar fantasmas. Aunque mi intención didáctica seguramente será manipulada y tergiversada, voy a utilizar un lenguaje bélico, en sentido exclusivamente figurado, para describir la situación, tal como yo la veo: estamos asistiendo al ataque de un potente ejército, bien pertrechado, profesionalmente organizado, bien armado y con experiencia en mil batallas, contra una partida de guerrilleros en alpargatas, sin uniformidad y armada con varas de sabina, que quiere defender con uñas y dientes su identidad y su territorio.

No es la lucha de David contra Goliat, sino la de un elefante contra una pulga. A pesar de todas sus carencias me pongo de parte de la pulga.

Pedro Bel Caldú, bebiendo, porrón, porró, al galet

MI CONTESTACIÓN AL ARTÍCULO DE LA COMARCA de J.L. Camps

MI CONTESTACIÓN AL ARTÍCULO DE LA COMARCA de J.L. Camps

Catalanes del Matarraña
Joan Lluis Camps Joan, Cretas, Queretes, Ascuma, la comarca


Pedro J. Bel Caldú

En todo el Bajo Aragón hay un un poso histórico, que permanece en el subconsciente de la gente. Y ese poso endurecido, pero latente, tiene su origen en la “memoria olvidada” de las últimas guerras civiles que han asolado el territorio y han causado auténticas hecatombes en la población bajo aragonesa. Cabrera, el ex seminarista tortosino, practicó en nuestra tierra crueldades que fueron tema recurrente en “les contalles al racó del foc” de nuestros antepasados.

Todos los “misioneros” progres del anarquismo, bebieron sus salvíficas pócimas en las “madrasas” de Cataluña y llegaron a nuestra tierra, para anunciar la buena nueva y evangelizar a los pobres catetos de los pueblos irredentos de Aragón.

Todos sabemos lo que pasó. Antes de llegar las columnas catalanas anarquistas a Calaceite, no se había producido ni un sólo muerto, por razones políticas, en todo el Bajo Aragón.

La llegada de aquellos pacíficos ciudadanos hizo correr la sangre a raudales, destruyó todo nuestro patrimonio artístico y cultural, salvo el que ellos “salvaron” para llevárselo a Cataluña, sin ninguna intención de devolverlo, ni siquiera con sentencias judiciales firmes que lo ordenan.

Sí, ya sé que luego vino el tío Paco con la rebaja e impuso una dictadura inaceptable e injustificable.

El tió Paco murió de viejo en su cama y por fin pudimos respirar. Pero pronto volvieron a aparecer los “misioneros” autóctonos”, formados, alentados y financiados desde Cataluña.

Ahora ya no predicaban la “revolución”, ni fundaban ateneos libertarios, ahora nos anunciaron su gran descubrimiento: "a la Franja parlem catalá”. Primero tuvieron que explicarnos que era eso de “La Franja” y resultó que era un “País, tan milenario como Cataluña, y teníamos que tomar conciencia de nuestra identidad diferencial, que nos identificaba por el hecho de hablar una lengua “catalana” atomizada de localismos, que había de “normalizarse” porque eso era “culto” frente a la “cutrez” de nuestras hablas autóctonas.

Luego fueron fundando asociaciones “culturales en cada comarca natural de la inventada “Franja”. Para dar cohesión al invento y vertebrar “La Franja”, se creó la agrupación de esas “asociaciones culturales” en un organismo, al principio, unipersonal. Le llamaron ICFIniciativa Cultural de la Franja, pero realmente era un señor, de buenas formas y barba venerable, el doctor Artur Quintana. Un antiguo misionero del catalán en Alemania, que terminó recalando en La Codoñera con los honores académicos de miembro del Institut d’Estudis Catalans.

Artur Quintana con su boina


Se fundaron, y se mantienen, con socios mayoritariamente residentes en Cataluña y algún “converso” que vive en nuestros pueblos. Entre los conversos hay gente muy preparada, algunos convertidos en auténticos profesionales del activismo y la “agitación cultural”. Todo ello, con el plan preconcebido de crear en Aragón uno de los futuros “Països Catalans”, que con la eventual independencia de Cataluña formarían “La gran nació catalana”.

Íñigo o Ignacio Sorolla Vidal, de Peñarroya de Tastavins


Con el estrepitoso fracaso del proyecto independentista, que se barrunta estos días, algunos de esos “conversos” que han colaborado y colaboran en posiciones directivas de las susodichas asociaciones, han entrado en pánico. /Quimet de Calaseit, per ejemple/

Ahora intentan “ponerse la venda antes de la herida”.

Penyapork, Fórnols, Fórnoles
Penyapork de Fórnols