LA MUERTE DE SANCHO RAMÍREZ


95. LA MUERTE DE SANCHO RAMÍREZ (SIGLO XI. HUESCA)

LA MUERTE DE SANCHO RAMÍREZ (SIGLO XI. HUESCA)


Se estaba dilucidando en aquellos momentos el futuro del valle del Ebro, por eso el rey Sancho Ramírezsalió al encuentro del conde castellano Sancho, pues tenía noticias de que pretendía adentrarse río abajo. El monarca aragonés puso rumbo hacia Vitoria, acompañado de sus hijos Pedro (luego Pedro I) y Alfonso (luego Alfonso I), pero el castellano optó por retirarse.
Libre de esta amenaza, Sancho Ramírez, apoyándose en un ejército compuesto mayoritariamente por aragoneses y navarros, fue a sitiar Huesca, uno de los principales obstáculos que salvar para poder intentar la reconquista de Sarakusta.
Ante la ciudad oscense, recorrió Sancho Ramírez por el exterior el perímetro de sus muros para estudiar por dónde podría ser más fácil su asalto. Creyó ver un lugar adecuado y mandó detenerse a su caballo. Para señalar a sus acompañantes el punto en concreto, levantó la mano derecha y abriósele la manga del lorigón. Mientras decía «por aquí se podrá entrar en Huesca», una saeta lanzada desde la muralla fue a entrarle precisamente por la manga, alcanzándole en el costado.

Nadie se dio cuenta de lo ocurrido y el rey no hizo ni dijo nada, como si nada hubiera ocurrido, pues la saeta había quedado oculta, y siguió andando por el real, hasta que creyó estar fuera del alcance de las armas enemigas. Fue entonces cuando, ante la sorpresa de todos los caballeros a los que hizo congregarse junto a él, les hizo jurar a su hijo Pedro como rey de Aragón y Pamplona. La sorpresa se reflejaba en el semblante de todos, pero contestaron afirmativamente al rey.

Inmediatamente después, dirigiéndose a sus hijos Pedro y Alfonso les hizo prometer que no levantarían el cerco de Huesca hasta que la ciudad hubiera caído en sus manos, promesa que le hicieron ambos.
Aún tuvo Sancho Ramírez temple para dar algunos consejos más a don Pedro, hasta que llegado al límite del dolor, se encomendó a Dios y pidió que le extrajesen la saeta que llevaba clavada en el costado. Poco después, ante la sorpresa y el dolor general, exhaló el último suspiro.

[Sas, A., Compendio histórico..., I, págs. 50-51. Foz, B., Historia de Aragón, I, págs. 127-129.
Balaguer, Federico, «La muerte...», Argensola, 15 (1953), 197-216.
Ubieto, Agustín, Pedro de Valencia: Crónica, págs. 104-106.]



Ancestros


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
16. Sancho Garcés II de Pamplona
 
 
 
 
 
 
 
8. García II de Pamplona
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
17. Urraca Fernández
 
 
 
 
 
 
 
4. Sancho III de Pamplona
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
18. Fernando Bermúdez
 
 
 
 
 
 
 
9. Jimena Fernández
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
19. Elvira Díaz
 
 
 
 
 
 
 
2. Ramiro I de Aragón
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
20. ?
 
 
 
 
 
 
 
10. ?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
21. ?
 
 
 
 
 
 
 
5. Sancha de Aibar
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
22. ?
 
 
 
 
 
 
 
11. ?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
23. ?
 
 
 
 
 
 
 
1. Sancho Ramírez de Aragón
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24. Arnau I de Cominges
 
 
 
 
 
 
 
12. Roger I de Carcasona
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
25. Arsenda de Carcasona
 
 
 
 
 
 
 
6. Bernardo Roger de Foix
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
26. ?
 
 
 
 
 
 
 
13. Adelaida de Gavaldà
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
27. ?
 
 
 
 
 
 
 
3. Ermisenda de Bigorra
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
28. ?
 
 
 
 
 
 
 
14. ?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
29. ?
 
 
 
 
 
 
 
7. Garsenda de Bigorra
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
30. ?
 
 
 
 
 
 
 
15. ?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
31. ?
 
 
 
 
 
 




  • Lapeña Paúl, Ana Isabel (2004). Sancho Ramírez, rey de Aragón (¿1064?-1094) y rey de Navarra (1076-1094). Gijón: Ediciones Trea. ISBN 84-9704-123-2.
    • Lapeña Paul, Ana Isabel (2008). Ramiro II de Aragón: el rey monje (1134-1137). Gijón: Ediciones Trea. ISBN 978-84-9704-392-2.
    • Lema Pueyo, José Ángel (2008). Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y Pamplona (1104-1134). Gijón: Ediciones Trea. ISBN 978-84-9704-399-1.

    Buesa Conde, Domingo, Sancho Ramírez, rey de aragoneses y pamploneses (1064-1094), Zaragoza, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja, 1996. ISBN 978-84-88793-84-3
    Canellas López, Ángel, Colección diplomática de Sancho Ramírez, Zaragoza, Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, 1993. ISBN 978-84-604-8392-2
    Reilly, Bernard F. «Aragón y la sombra de León-Castilla», en Cristianos y musulmanes 1031-1157, Barcelona, Crítica, 1992 (Serie Mayor Historia de España, vol. 6), págs. 120 y ss. ISBN 978-84-7423-555-5
    Sarasa Sánchez , Esteban (coord.), Sancho Ramírez, rey de Aragón, y su tiempo (1064-1094), Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1994. ISBN 978-84-8127-023-5

    http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=11389

    http://www.arteguias.com/biografia/sanchoramirez.htm

    Sancho Ramírez (ca. 10431​–4 de junio de 1094), rey de Aragón entre 1063–1094, y de Aragón y Pamplona entre 1076–1094. Conocido como Sancho I de Aragón y como Sancho V de Pamplona.

    Hijo de Ramiro I y Ermesinda de Foix. Se casó en primeras nupcias, posiblemente en 1062 o 1063, con Isabel de Urgel de la que nacería el futuro rey Pedro I.

    Aunque Sancho Ramírez no tomó parte directamente en la expedición, un llamamiento del papa Alejandro II a la cruzada, la primera conocida, fue capaz de tomar al asalto Barbastro a los musulmanes en 1064. A la empresa acudieron franceses con máquinas de asedio. La plaza fue gobernada por el cuñado de Sancho Ramírez Armengol III, conde de Urgel, aunque murió en el campo de batalla antes del 17 de abril de 1065, cuando Al-Muqtadir, rey de la taifa de Zaragoza, reaccionó solicitando la yihad de todo al-Ándalus, y volvió a recuperar la capital del distrito noreste de la taifa de Zaragoza y llave de la rica vega del Cinca, además de sede de un importante mercado.

    Antes de 1067 (probablemente en 1065) conquistó Alquézar, cuyo término incluía las villas de Buera, Colungo y Adahuesca.

    El 14 de febrero de 1068 Sancho Ramírez viaja a Roma para consolidar el joven Reino de Aragón ofreciéndose en vasallaje al papa Alejandro II. Este vínculo está documentado incluso en la cuantía del tributo de quinientos mancusos de oro al año que debía pagar al Estado Pontificio el Reino de Aragón. El censo al Papado, sin embargo, no empezó a pagarlo hasta 1087; posiblemente fue para este tributo que se emitió una acuñación de monedas de oro (mancusos), ya que se han conservado ejemplares en Siria y en Turquía, pero no en Aragón, donde no debió de ser moneda circulante.​
    Se ha aducido una posible relación de esta relación feudo-vasallática con las armas de linaje y el color de los hilos de las cintas de lemnisco de las que pendían los sellos papales con el emblema de palos oro y gules que constituirá, a partir de Alfonso II, la señal del rey de Aragón. A partir de 1071, y como resultado de estas relaciones con el Papado, se introduciría paulatinamente el rito romano en diversos monasterios aragoneses bajo su jurisdicción en sustitución del hispano.


    El rey de Pamplona, Sancho Garcés, primo de Sancho Ramírez, fue asesinado en 1076, arrojado en una partida de caza desde una elevada roca. Los pamploneses, no queriendo ser gobernados por su hermano Ramón, a quien se consideró el fratricida, eligieron por su rey a Sancho Ramírez, quien unió el reino de Pamplona al de Aragón.

    / Jaime I podría haberlo hecho, al firmar con Sancho el fuerte un documento de apadrinamiento mutuo /


    Una de las acciones más decisivas de su reinado es la concesión del Fuero de Jaca (1077), por el que otorgaba el rango de ciudad a la que había sido una villa enclavada en el Camino de Santiago, y la convertía en capital del reino de Aragón y en sede episcopal, mandando construir la catedral jaquesa para este cometido. Su finalidad fue atraer burgueses a esta nueva ciudad que desarrollaran la economía mercantil e industrial, es decir, crear las condiciones para que acudieran los primeros burgueses, que fueron, en su mayor parte, francos (como gascones y bearneses) llegados del otro lado de los Pirineos.

    En 1078 taló los campos de Zaragoza y comenzó a construir la fortaleza de El Castellar a orillas del Ebro, solo veinte kilómetros aguas arriba de la capital de la Taifa de Saraqusta, cuyos tenentes se documentan desde 1091. Posteriormente hizo tributario al rey musulmán de Zaragoza.

    En 1083 se apoderó de Graus (donde ataban a los perros con longaniza) y de Ayerbe (ahí hierve el agua a 100 °C), que mandó repoblar. Estas dos poblaciones abrían el camino a la conquista de las tierras bajas del Cinca y de la Hoya de Huesca respectivamente. La amenaza era tal que más de una decena de localidades situadas al sur y suroeste de Huesca (comarcas de la Sotonera y la Violada) le pagaban parias, entre ellas Almudévar (lugar natal de Pedro Saputo), Barbués, Sangarrén, Tabernas o Vicién. Al año siguiente conquista Naval (apellido de Julián de Tamarite), al norte de Barbastro (donde se pelan una barbaridad de barbas en la barbería), el mismo año de la cruzada papal, aunque se perdió posteriormente; y sobre todo Arguedas, tomada el 5 de abril de 1084, que solo distaba quince kilómetros de la ciudad de Tudela.

    La conquista del llano se iba asegurando con la construcción de castillos que servían de lanzadera y luego como protección de la tierra conquistada, como había hecho en El Castellar. Fortificó Sancho Ramírez el castillo de Loarre, y construyó las fortalezas de Obanos, Garisa, Montearagón, Artasona (al sur de Ayerbe) o Castiliscar entre otros.

    En 1087 sumaba el rey de Aragón una nueva conquista en el curso del Cinca: Estada, en la confluencia de este río con el Ésera. Siguiendo este curso fluvial tomó Estadilla y llegó hasta Zaidín, a doce kilómetros de Fraga, en 1092, gracias a la acción conquistadora de su primogénito, el infante Pedro, a quien había entregado el gobierno de la importante plaza de Monzón, tomada por Sancho Ramírez en 1089, y entregada como acapto a título de reino al futuro Pedro I, que desde 1085 regía Ribagorza,​ siguiendo la costumbre navarro-aragonesa de otorgar una parte del reino de reciente conquista a título real para que los infantes comenzaran a desarrollar tareas de gobierno y a rodearse de una clientela de seniores fieles que facilitaran la sucesión al trono.

    Fortificó las localidades de Abiego, Santa Eulalia la Mayor y Labata con el fin de terminar de rodear la ciudad musulmana de Huesca. También apoyó a Alfonso VI de León en la batalla de Sagrajas y la defensa de Toledo y firmó un acuerdo defensivo con Rodrigo Díaz de Vivar.

    Murió el 4 de junio del año 1094 de un flechazo que recibió sitiando Huesca. Su cuerpo fue llevado al monasterio de Montearagón, y trasladado después al de San Juan de la Peña.

    Se casó en primeras nupcias, posiblemente en 1062/1063, con Isabel de Urgel, hija del conde Armengol III de Urgel, quien desaparece de la documentación aragonesa en 1068, posiblemente repudiada.​ De esta unión nació:

    Pedro I Sánchez de Aragón «el Católico» (ca. 1068–1104),
    rey de Pamplona y Aragón (1094–1104).

    Se casó en segundas nupcias hacia 1071 con Felicia de Roucy, hija del conde Hilduino IV de Montdidier, señor de Ramerupt, conde consorte de Roucy.
    De esta unión nacieron:

    Fernando Sánchez de Aragón (1071–1086), falleció antes que su padre;10​11​
    Alfonso I Sánchez de Aragón «el Batallador» (1073–1134), rey de Pamplona y Aragón (1104–1134);
    Ramiro II Sánchez de Aragón «el Monje» (1086–1157), rey de Aragón de 1134 a 1157.

    SANCHO II DE CASTILLA MATA A RAMIRO I DE ARAGÓN


    94. SANCHO II DE CASTILLA MATA A RAMIRO I DE ARAGÓN
    (SIGLO XI. GRAUS)

    SANCHO II DE CASTILLA MATA A RAMIRO I DE ARAGÓN  (SIGLO XI. GRAUS)
    SANCHO II DE CASTILLA

    Muchas veces los matrimonios concertados entre familias suelen ser fuente de desgracias. Así le sucedió al rey don Sancho II de Castilla, quien se había casado por poderes con una hija de la reina Estefanía de Pamplona sin conocerla previamente.
    Tras la boda —cuando la joven princesa partía acompañada por su cortejo nupcial hacia tierras de Castilla para encontrarse con su marido— fue raptada por el infante don Sancho, hijo ilegítimo del rey García de Pamplona. Los dos jóvenes estaban enamorados uno del otro desde hacía tiempo y el infante, ante la idea de perder a su enamorada, decidió raptar a la princesa por sorpresa y tratar de huir ambos juntos al reino de Aragón, donde creían que, con toda seguridad, su tío, el rey Ramiro I, les daría cobijo. Y así ocurrió: don Ramiro los recibió con los brazos abiertos.

    Naturalmente, el rey Sancho II de Castilla, viéndose burlado y agraviado de tal guisa, no pudo permanecer impasible, de modo que, movido por la indignación y el sentimiento de venganza, armó con presteza un formidable ejército y se encaminó a toda prisa hacia tierras de Aragón. Dicen algunos que el mismísimo Cid Campeador se encontraba con los suyos entre las filas del monarca castellano agraviado.

    Ramiro I fue advertido por los suyos acerca de las intenciones belicosas de Sancho II y decidió salir a su encuentro, enfrentándose ambos ejércitos junto a Graus, en pleno Pirineo. La batalla fue dura y larga y, al final, el rey castellanorecuperó su honor al dar muerte al rey aragonés, cuya única culpa había consistido en querer al infante don Sancho como a un hijo propio y, por lo tanto, acogerle en momentos de dificultad.
    Los guerreros castellanos regresaron a su tierra de nuevo llevándose consigo un amargo sabor de victoria tras el drama vivido. El rey Ramiro I, por su parte, fue enterrado por los suyos junto a su mujer en San Pedro de Torrecilla. Y Sancho Ramírez, su hijo, se vio precisado a hacerse cargo del gobierno del reino aragonés, en un momento crucial para la suerte de los cristianos aragoneses en el valle del Ebro.

    [Ubieto, Antonio, «Una leyenda del“Camino”...»,Príncipe de Viana, 90-91 (1963), págs. 5-27.]




    RAMIRO I NOMBRA OBISPO DE LOS MOZÁRABES ZARAGOZANOS AL ABAD PATERNO


    93. RAMIRO I NOMBRA OBISPO DE LOS MOZÁRABES ZARAGOZANOS AL ABAD PATERNO
    (SIGLO XI. ZARAGOZA)

    La actividad política, diplomática y de persuasión más que guerrera y reconquistadora de Ramiro I, primer rey de Aragón, fue bastante intensa. Intentó solventar pacíficamente sus diferencias con los pamploneses, dirigidos por su propio hermano García; intimidó a los moros de Lérida —a cuyo walí impuso un tributo a cambio de la paz—; llegó ante Huesca con objeto de atemorizar a su walí, al que hizo tributario; y entabló buenas relaciones con el rey taifal Almugdavir de Sarakusta, en quien más que a un enemigo al que combatir encontró un amigo con quien tratar.

    En cuanto al caso zaragozano, el rey de la Aljafería se declaró tributario del aragonés y ambos acordaron que Almugdavir no prestaría más favor y socorro a sus correligionarios fronterizos de Aragón y Sobrarbe y, por último, los dos monarcas se declararon públicamente como amigos y confederados condenando la acción armada para dirimir sus posibles diferencias futuras.
    Naturalmente, durante el pacífico encuentro Ramiro I no podía olvidar las condiciones precarias en las que, desde hacía siglos, se desenvolvían los mozárabes zaragozanos, congregados en torno a la iglesia de Santa María laMayor, quienes habían sostenido con firmeza y constancia sus creencias, a pesar de todos los inconvenientes. Por ejemplo, hacía ya más de doscientos años que esta ciudad se encontraba sin obispo, tras el exilio de Bencio a Ribagorza, momentos antes de la conquista musulmana de la ciudad.
    Así es que Ramiro I expuso el problema y exigió y obtuvo del rey Almugdavir el restablecimiento de los obispos en Zaragoza, nombrando a un fraile de su confianza, Paterno, que era abad de San Juan de la Peña. Los cristianos de la ciudad recibieron así un gran consuelo, abrigando la esperanza de que este suceso habría de influir poderosamente y ser un motivo para intentar liberar Zaragoza en un día no lejano. En adelante, la serie episcopal continuó, con la circunstancia de que los sucesores de Paterno fueron como él abades del monasterio pinatense.

    [Martínez Herrero, Bartolomé, Sobrarbe y Aragón, II, págs. 81-84.]




    https://issuu.com/historiayarqueologia/docs/elc__diceprovenzaldesan_rufo_y_elli


    RAMIRO I HUYE DESNUDO DE TAFALLA


    92. RAMIRO I HUYE DESNUDO DE TAFALLA (SIGLO XI. TAFALLA)

    RAMIRO I HUYE DESNUDO DE TAFALLA (SIGLO XI. TAFALLA)


    García III, rey de Pamplona, ofreció sellar la paz con su hermano don Ramiro I, rey de Aragón, cuando éste entró con su ejército por tierras navarras, contestando a la provocación que había recibido del pamplonés. Para atestiguar el cese amistoso de sus diferencias, invocaba a sus hermanos Fernando I, rey de Castilla, y Sancho, conde de Ribagorza, quienes participarían como garantes de la paz entre ambos.
    En realidad, con esta medida el rey pamplonés sólo pretendía ganar tiempo al tiempo y tramar con mayor reposo la manera de vencer al aragonés, intentando, incluso, apresarlo personalmente. Así es que reunió a sus capitanes, planeó la estrategia a seguir y les dio consignas de estar prevenidos con sus tropas en espera de sus órdenes.
    En efecto, aprovechando la oscuridad de la noche y el descuido de los confiados centinelas aragoneses, lanzó a sus soldados contra el real del rey don Ramiro, que había confiado plenamente en la palabra dada por su hermano. Los aragoneses, con su rey al frente, apenas se pudieron defender, porque unos estaban durmiendo y otros desarmados, de manera que buena parte de sus hombres cayó muerta o fue hecha prisionera. Los pocos que pudieron escapar de la encerrona lo hicieron desnudos y descalzos, abandonando sus armas, sus tiendas y todo cuanto en ellas había.
    El propio rey Ramiro I se vio en tanta necesidad y peligro que se escapó desnudo y descalzo sobre un caballo sin silla y sin freno, hasta llegar a sitio seguro, gracias a la oscuridad reinante y al conocimiento que tenía del terreno. A duras penas había podido salvar la vida.
    García III de Pamplona no sólo recuperó las tierras que le había tomado el aragonés, sino que, tras repartir el botín entre los suyos, como era costumbre tras una hueste o cabalgada, quedó inmensamente rico.
    En recuerdo de aquella deshonrosa victoria, fruto de una estratagema poco caballerosa, mandó colocar dos sillares artísticamente labrados, con sendas inscripciones, a un tiro de ballesta una de la otra, en la huerta de Tafalla.

    [Ubieto, Agustín, Pedro de Valencia. Crónica, págs. 67-68.]

    Manu de Tafalla (concursante de Saber y Ganar, Boom, crítico de cine)


    Tafalla es un municipio y ciudad de España, en Navarra, situada en la Merindad de Olite, en la comarca homónima de la cual es el centro comercial y económico, y a 34,5 km al sur de la capital de la comunidad, Pamplona. Es la cabeza del Partido judicial homónimo. Su población en 2018 fue de 10.065 habitantes (INE).


    Durante la dominación romana su denominación pudo ser Tubala aunque de varias hipótesis sobre el verdadero origen de su nombre, es muy probable que sea de origen árabe (Al-Tafaylla) que quiere decir "Donde comienzan los cultivos".

    Para José María Jimeno Jurío el nombre guarda relación con nombres como atahulla, atafulla de Andalucía, Murcia y Valencia y con los nombres de lugar Altafulla (Tarragona), Tahullas (Almería); Tahull (Lérida); Tavalles (Asturias); Tarfaya (cerca de El Aaiún). Para todos estos nombres Corominas propone la etimología tahwila (que un autor del siglo XIII traduce como ager 'campo cultivado') y tahwîl ('traslación, mutación, cambio'). Al habitante de Tafalla se le denomina tafallés o tafallesa, aplicable al masculino y femenino respectivamente y en lenguaje coloquial tafallica.



    CÓMO ACCEDIÓ RAMIRO I AL TRONO DE ARAGÓN


    91. CÓMO ACCEDIÓ RAMIRO I AL TRONO DE ARAGÓN
    (SIGLO XI. NÁJERA)


    CÓMO ACCEDIÓ RAMIRO I AL TRONO DE ARAGÓN  (SIGLO XI. NÁJERA)


    Transcurría el siglo XI y nos hallamos en la corte pamplonesa del palacio real de Nájera. El rey Sancho III el Mayor, requerido por diversos e importantes asuntos, tuvo que abandonar el palacio real dejando allí a los infantes y a la reina, a la que encomendó personal y expresamente, entre otras cosas, la custodia de su caballo preferido.
    Habían transcurrido pocos días cuando don García, el hijo primogénito de los reyes, pidió permiso a la reina, su madre, para que le dejase montar el caballo favorito del rey. Insistió tanto el infante que, a pesar de las recomendaciones al respecto del propio Sancho III, a punto estuvo de acceder, pero se lo desaconsejó un caballero de la corte.
    Quedó enojado García por la negativa materna y para vengarse, contando con el beneplácito de su hermano Fernando, acusó a la reina de adulterio con el caballero que la había asesorado, jurando ante el rey que era verdad cuanto decía, para lo cual ponía por testigo a don Fernando, su hermano.
    Sancho III el Mayor, tras dar crédito a la gravísima acusación de sus hijos, condenó a la reina, conminándole a que buscase un caballero que luchara por ella y la salvase, como era costumbre de la época. Nadie quiso indisponerse contra los infantes y la reina quedó totalmente desvalida, pero ante semejante situación, ofrecióse a lidiar en su nombre su hijastro, don Ramiro, que creía en la inocencia de su madrastra.
    Casi al mismo tiempo que sucedían estos hechos, los infantes, apesadumbrados por el cariz que había tomado el asunto, confesaron a un monje najerense la trama urdida, y éste se lo contó al rey, que inmediatamente exculpó a su esposa.
    Esta, agradecida a Ramiro por su valentía y fidelidad, logró que Sancho III el Mayor le nombrara heredero de sus tierras de Aragón. Así fue como Ramiro se convirtió en el primer rey de Aragón, donde gobernaría con el nombre de Ramiro I, destacando en su lucha contra los moros, incluido el rey de Huesca, al que venció en dos batallas.

    Ramiro I, destacando en su lucha contra los moros, incluido el rey de Huesca, al que venció en dos batallas.



    [Zurita, Jerónimo, Anales..., libro I, págs. 73-74.

    Ubieto, Antonio, Crónica de los Estados Peninsulares, págs. 118-119.]




    WIKI Ramiro I:

    Ramiro I de Aragón (ca. 1006/7-8 de mayo de 1063) es considerado como el primer rey de Aragón​ (1035-1063) al que añadió los territorios de Sobrarbe y Ribagorza desde la muerte de su hermanastro Gonzalo en 1045, intitulándose así pues rey de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza.


    Conquistó, aliado con Arnal Mir de Tost y el Condado de Urgel de Armengol III, los castillos de Laguarres, Lascuarre, Falces, Viacamp y Benabarre, e intentó tomar la poderosa fortaleza de Graus al rey de la taifa de Saraqusta Al-Muqtadir —quien contó con la ayuda de la mesnada del aún infante Sancho II de Castilla en cuyo ejército figuraba un joven Cid de alrededor de catorce años: Rodrigo Díaz—, pero Ramiro I murió en el transcurso de esta operación bélica, seguramente a manos de un experto soldado de Al-Muqtadir.

    Hijo de Sancho el Mayor de Pamplona y de Sancha de Aibar, contrajo matrimonio con Ermesinda de Aragón, una hija de Bernardo Roger de Foix, con lo que inició una tradición de alianza entre el reino aragonés y el condado ultrapirenaico, que se prolongaría por varios siglos. Estableció también alianzas con el Condado de Urgel, casando a su primogénito Sancho Ramírez con una hija de Armengol III de Urgel (a quien además dio en matrimonio a su hija Sancha) para así oponerse a las ansias expansionistas del conde de Barcelona Ramón Berenguer I en la zona del Cinca medio.

    En 1045, a la muerte de su hermano Gonzalo, se anexionó los condados de Sobrarbe y Ribagorza que correspondía regir a su hermano García,​ unificando así los tres condados, junto con el de Aragón, que iban a formar el nuevo reino.

    Instituyó un «obispo de Aragón» con sede en San Adrián de Sásabe; su hijo Sancho Ramírez convertirá posteriormente Jaca (que en tiempos de Ramiro era solo una aldea) en una ciudad que se convertirá en capital del reino y albergará la sede episcopalhttps://www.diocesisdejaca.org/

    Hijo natural de Sancho el Mayor, rey de Pamplona, y una joven llamada Sancha de Aibar o Aybar, de la nobleza de las tierras de Aibar.

    Representación heráldica de la Cruz de Íñigo Arista, una cruz patada apuntada en su brazo inferior cuando es de plata y figura sobre un franco-cuartel, sobre campo de azur. Aparece por primera vez en el siglo XIV, cuando la adopta Pedro IV el Ceremonioso como «armas antiguas de Aragón».
    Después de la muerte de Sancho el Mayor, heredó el trono su hijo primogénito legítimo García Sánchez III el de Nájera, que gobernaba en todo el territorio paterno. A su hermano Ramiro se le había adjudicado la honor del espacio aragonés, y se proclamó baile en las tierras del Aragón que había recibido de su padre con trono en Jaca. Muy pronto se enfrentaron en la batalla de Tafalla y Ramiro inició una dinastía nueva en el reciente reino de Aragón tras usurpar los derechos de Gonzalo, que regía las rentas reales en Sobrarbe y Ribagorza.

    Ramiro había sido el primer varón nacido de Sancho el Mayor pero era un hijo natural, fuera del matrimonio legítimo, con lo que quedó apartado de la primogenitura. Sin embargo nunca se consideró hijo bastardo, pues toda la documentación de la época se refiere a él como regulus, el mismo tratamiento que recibieron sus hermanos menores, y creció en la corte con su madre Sancha, tutora de Sancho III durante su minoría de edad entre 1004 y 1011, periodo en el que fue concebido Ramiro.

    En su documentación auténtica el monarca aragonés se tituló como Ramiro, hijo del rey Sancho, sin usar el título de rey, pero no se consideró carente de legitimidad regia y actuó en todo momento ejerciendo a todos los efectos la potestas regia. En cualquier caso, recibió la fidelidad de los condes, barones y señores aragoneses en los que apoyó su autoridad. Aunque él mismo no se tituló rey, sí lo hicieron sus coetáneos, en documentos tanto aragoneses como navarros y castellanos. Aparece en ellos citado como rex Ranimirus, Ranimiri regis o meo regi entre otras expresiones. Así fue considerado por sus vasallos, reyes contemporáneos a Ramiro I y notarios. Los reyes de Pamplona García Sánchez III y Sancho Garcés IV el de Peñalén también le otorgarán el título de rey. Del mismo modo lo considerará su hijo y heredero Sancho Ramírez, al roborar como ego Sancius Raminiro regis filio 'yo Sancho hijo del rey Ramiro'.

    Sentó las bases del que sería el Reino de Aragón garantizando la sucesión de su linaje al casar con Ermesinda, hija de Bernardo Roger, conde de Foix-Bigorra, en 1036, con la que tuvo a Sancho Ramírez, a García Ramírez (que posteriormente sería obispo de Jaca) y tres hijas más, Sancha, Urraca y Teresa. Con ello la continuidad dinástica estaba garantizada.

    Con el tiempo fue rodeándose de nobles de su confianza, a los que asignó tenencias en castillos estratégicos. Reafirmó, además, la figura del obispo de Aragón aragonensis episcopus—, al que otorgó un monasterio, San Adrián de Sásabe y un cuantioso patrimonio, para ganarse el favor de la prelatura en su tarea de consolidación del poder.


    signum regis, sello real, Ramiro I de Aragón


    El signum regis era la firma que identificaba al rey en los documentos y remitía a la Cruz de los ejércitos empleada por las tropas cristianas en la batalla hasta el siglo XI. Posteriormente, Pedro IV el Ceremonioso lo identificó en el siglo XIV como la Cruz de Íñigo Arista y le atribuyó el carácter heráldico de antiguas armas de Aragón.
    Tras hacerse con el control a partir de 1043 de los condados de Sobrarbe y Ribagorza a la muerte de su hermano Gonzalo, que nunca habitó en aquellos territorios, tuvo que entrar en pugna por los ricos territorios musulmanes a los que se accedía a través de la vía natural de la cuenca del Cinca. Las sustanciosas parias que pagaba el rey taifa de Saraqusta para evitar el ataque cristiano se las disputaban además de Aragón, el conde de Urgel, el de Pallars y el conde de Barcelona Ramón Berenguer I.

    Para frenar el empuje de Ramón Berenguer de Barcelona, Ramiro I acordó un doble matrimonio de su hija Sancha con Armengol III de Urgel, y de Isabel, hija del conde urgelino, con su propio hijo primogénito Sancho Ramírez, el heredero al trono de Aragón. De este modo el Condado de Urgel y el Reino de Aragón establecen una sólida alianza, y la unión de sus fuerzas permitió a Ramiro conquistar los castillos de Laguarres, Lascuarre, Capella, Caserras, Falces, Luzás, Viacamp y Benabarre, con lo que impedía a Ramón Berenguer I —que había comprado castillos en la zona, en tierras que los condes catalanes JA JA JA reconocieron pertenecer al condado de Ribagorza como parte del reino de Aragón—​ el acceso al Cinca. La tenencia de Benabarre fue entregada al vizconde de Tost Arnal Mir, quien también se había convertido en aliado del rey aragonés.

    Estos avances le hicieron concebir la idea de dar el asalto a la poderosa fortaleza de Graus, que el rey de Zaragoza Al-Muqtadir fue a defender en persona al frente de un ejército que incluía un contingente de tropas castellanas al mando de Sancho, el futuro Sancho II de Castilla, que pudo contar en su mesnada con el joven caballero Rodrigo Díaz, conocido posteriormente como «El Cid». Al-Muqtadir primeramente perdió las plazas de Torreciudad y Fantova, al norte de Barbastro, y la balanza parecía inclinarse del bando cristiano,​ pero finalmente consiguió rechazar a los aragoneses que perdieron en esta batalla a su rey, al parecer asesinado por un soldado árabe, llamado Sadaro o Sadada, que hablaba romance y que, acercándose al real de Ramiro I disfrazado de cristiano, le clavó una lanza en la frente. Murió ante las puertas de Graus el 8 de mayo de 1063.

    Pese a la muerte de Ramiro I, su sucesor Sancho Ramírez y Armengol III de Urgel continuaron con un proyecto emprendido por el difunto rey y que contó con el apoyo del papa, que convocó a tropas francesas para emprender la cruzada de Barbastro que acabó con éxito en 1064. La importante ciudad musulmana pasó a formar parte del Reino de Aragón y su gobierno fue confiado como tenencia a Armengol III. Pero la permanencia en poder cristiano fue efímera, pues un año después sería reconquistada por la taifa de Zaragoza. En 1065 murió el conde de Urgel en tierras de al-Ándalus, probablemente en Monzón.

    Ramiro I contrajo dos matrimonios sucesivos:

    Su primer matrimonio fue con Gisberga, hija del conde Bernardo Roger de Foix, a quien entregó carta de arras el 22 de agosto de 1036. Gisberga en su bautizo pasó a llamarse Ermesinda.
    De este matrimonio nacieron:

    Sancho Ramírez.
    Sancha de Aragón (1045-entre el 5 de abril y el 16 de agosto de 1097), casada con Armengol III de Urgel, tras enviudar de ese matrimonio, tuvo un relevante papel al servicio de la política de su hermano el rey Sancho Ramírez, dirigió el monasterio de Siresa e incluso llegó a regir el obispado de Pamplona entre 1082 y 1083.
    García Ramírez (hacia 1046-17 de julio de 1086), obispo de Aragón (1076-17 de julio de 1086) y de Pamplona (1076-1082).
    https://es.wikipedia.org/wiki/Garc%C3%ADa_Ram%C3%ADrez_(obispo_de_Arag%C3%B3n_y_de_Pamplona)
    Urraca, que fue monja en Santa Cruz de la Serós.
    Teresa o Taresa, casada con Guillermo Bertrand de Provenza.

    // Aquí hay un lío : Con Inés de Aquitania (1025-1097) era hija del duque Guillermo V de Aquitania, se casó en fecha desconocida, aunque antes del 10 de octubre de 1054, fecha en la que aparecen juntos por primera vez en la documentación medieval. No se conoce descendencia de este matrimonio.
    http://fmg.ac/Projects/MedLands/AQUITAINE.htm#_Toc276227873
    //

    Fuera de matrimonio, y antes de contraerlo, tuvo de doña Amuña (Amuina) un hijo natural:

    Sancho Ramírez con diversas posesiones en las actuales Navarra y Aragón.


    • Durán Gudiol, Antonio (1993). Ramiro I de Aragón. Zaragoza: Ibercaja. ISBN 84-87007-90-2.
    • Lapeña Paúl, Ana Isabel (2004). Sancho Ramírez, rey de Aragón (¿1064?-1094) y rey de Navarra (1076-1094). Gijón: Ediciones Trea. ISBN 84-9704-123-2.
    • Montaner Frutos, Alberto (1998). El Cid en Aragón. Zaragoza: Caja de Ahorros de la Inmaculada; Edelvives. ISBN 84-88305-75-3.
    • Sesma Muñoz, José Ángel (2000). «El establecimiento de la monarquía aragonesa». La Corona de Aragón. Colección Mariano de Pano y Ruata, 18. Zaragoza: Caja de Ahorros de la Inmaculada. pp. 19-29. ISBN 84-95306-80-8.
    • Ubieto Arteta, Antonio (1960). El título de rey en Aragón. «Estudios en torno a la división del reino por Sancho el Mayor de Navarra». Príncipe de Viana (Pamplona: Gobierno de Navarra: Institución Príncipe de Viana). pp. 175-182. ISSN 0032-8472.
    • Viruete Erdozáin, Roberto (2008). Aragón en la época de Ramiro I. Zaragoza: Universidad de Zaragoza. ISBN 978-84-692-2032-0.

    LA CORONACIÓN DE SANCHO GARCÉS


    90. LA CORONACIÓN DE SANCHO GARCÉS (SIGLO X)

    LA CORONACIÓN DE SANCHO GARCÉS (SIGLO X)


    Mientras andaba el rey García Íñiguez, hijo de Íñigo Arista, por tierras navarras, su esposa, la reina Urraca, se encontraba de incógnito en el valle de Gistaín y, más concretamente, en el monasterio de Santa Cruz. Había acudido al cenobio en busca del reposo que le había sido prescrito por los médicos. Durante su retiro, supo que iba a ser madre y, en contra de los consejos recibidos, vestida con hábito de monja para seguir guardando el anonimato, se puso en camino para intentar llegar a Señés, donde quería darle la noticia personalmente al fiel Pedro de Sesé, quien la transmitiría al rey.
    En el camino, doña Urraca padeció un repentino desmayo que la hizo caer. Afortunadamente, de manera increíble, la roca sobre la que cayó se ablandó y, en lugar de despedirla al abismo, le sujetó el pie, dejando una huella que aún hoy se puede ver, el llamado «Pie de la monja». Luego, recuperada y animada por el prodigio, siguió camino hasta Señés, donde contó a Pedro de Sesé la noticia de su embarazo para que éste se la transmitiera al rey. Pocos días después, García Íñiguez fue personalmente a buscar a su esposa para llevarla a Pamplona.
    Tras descansar en el monasterio de Tabernas —donde el santo abad Pedro bendijo a madre e hijo—, pusieron rumbo a Navarra. A la altura de Lecumberri, fruto de una emboscada, murieron el rey, la reina y casi toda la comitiva, excepto Pedro de Sesé, Antón Guillén y Fortún de Garde.
    Cuando estos últimos se repusieron de la refriega, volvieron al lugar del atentado y, al ver muerta a la reina, no dudaron en arrancarle del vientre al niño que gestaba, llevándolo con sumo cuidado a Señés, donde fue criado.
    Pasó el tiempo y, vacante el trono, se reunieron las Cortes para elegir nuevo rey para Pamplona y Aragón. Cuando los barones se hallaban deliberando, se presentaron Pedro de Sesé y Antón Guillén explicando lo que sucediera hacía catorce años, dando toda suerte de explicaciones y testimonios acerca de quién era el muchacho que les acompañaba, calzado con rústicas abarcas. Ante las pruebas aportadas, las Cortes proclamaron rey a Sancho Garcés, al que cariñosamente se le apodó Abarca.

    [Olivera, Gonzalo, «Reyes de Aragón. Sancho Garcés», en Linajes de Aragón, II
    (1911), págs. 61-62
    Dueso Lascorz, Lucía, «Leyenda del peu de la moncha (Bal de Chistau)», en Leyendas del Alto Aragón, págs. 71-110.
    Andolz, Rafael, «La peña de San Martín». Cuadernos Altoaragoneses, 36 (1987), IV.]








    Según la tradición este entorno de La Comuna ha sido testigo de episodios históricos muy relevantes para la historia de Aragón y orígenes del reino. Hoy los datos históricos y los míticos se mezclan de tal forma que es difícil separar realidad de ficción, pero ciertamente muy próximos a nosotros se encuentran algunos que fueron claves para explicar interesantes hechos de nuestra historia ocurridas allá por los siglos IX y X.

    Sobre un escarpado terreno, en la ladera de la Pena San Martin se hallan los restos (hoy prácticamente absorbidos  por la maleza), lo que fuera la Santa Cruz de Chistau, sitio conocido popularmente como Es Combentos. La tradición sitúa allí un modesto y sencillo claustro de monjas en que estuvo Doña Urraca de Aragón, esposa del Rey García Iñiguez de Navarra, cuando llevaba un hijo en sus entrañas. Se explica así que cuando mueren los dos reyes, fuera en Señes en Casa Sasé, el lugar en el que vivió oculto hasta la edad de 14 años el hijo de ambos, el primer rey de Aragón y Navarra, Sancho Garcés I.

    Pasaría a la historia como un rey bueno para su pueblo, el rey Sancho Abarca de quién se dice que tomó este apodo por el calzado que le acompañó en su infancia y que él quiso seguir calzando siempre para homenajear al pueblo de Señes y al Bal de Chistau, que también los había tratado y protegido y del que se sentía muy orgulloso.
    El Peu de la Moncha.
    Camino de los combentos, hay en una piedra una original marca, es una huella, cuenta la tradición que estando Doña Urraca de Aragón embarazada del que sería el rey Sancho Abarca, estuvo a punto de caer precipitada por un zillo, si no fuera porque esta piedra le sujeto un pie. Todavía está piedra se puede observar por el camino de La Esacadiella.
    La Espluga Mur García.
    En una cueva situada camín d´El Collé, vivía Mur García que no era otro, sino el noble que tenía encomendada una difícil misión proteger el acceso al Bal de Chistau, mantenerlo libre de incursiones moras y dar aviso con su sonora cuerna si fuera necesario, era por tanto desde su privilegiada atalaya el “Señor guardián” de la mítica Santa Cruz de Chistau y sus combentos. Esta cavidad contiene restos neolíticos.





    UN NOBLE ARAGONÉS SALVA DE LA MUERTE A SANCHO ABARCA


    89. UN NOBLE ARAGONÉS SALVA DE LA MUERTE A SANCHO ABARCA
    (SIGLO X. AIBAR)

    UN NOBLE ARAGONÉS SALVA DE LA MUERTE A SANCHO ABARCA, SIGLO X, AIBAR, fractus est castro Aybaria a Mohamed Ben Lup


    Cuando murió el rey García Íñiguez, la reina doña Urraca, su mujer, se hallaba esperando un hijo. Un día en que ésta transitaba por el valle de Aibar acompañada de un corto séquito, unos moros asaltaron e hirieron a la dama hasta hallar la muerte junto a los demás caballeros que la acompañaban, de modo que no quedó vivo ninguno.
    Al cabo de un rato de haber sucedido tan luctuoso hecho, pasó por aquel paraje un noble caballero aragonés a quien, a través de la herida mortal que la reina presentaba, le pareció ver la mano de un niño que se agitaba. Trabajosamente lo sacó del vientre de la reina muerta y lo llevó consigo para criarlo, poniéndole por nombre el de Sancho García.
    Pasó lentamente el tiempo y al cabo de algunos años, con ocasión de hallarse las gentes del reino reunidas para tratar de hallar y nombrar un nuevo rey, aquel bondadoso noblevistió al niño con ropas de pastor y abarcas y se encaminó con él hacia el palacio real de Pamplona, donde se habían congregado. Una vez allí explicó a todos los presentes los tristes avatares y circunstancias que habían rodeado su nacimiento así como el origen real de aquel niño que le acompañaba.
    Tras escuchar en silencio y con asombro las explicaciones dadas por el noble aragonés, todos los allí congregados comenzaron a vitorear y a aclamar al niño, todavía de corta edad, como a su nuevo rey Sancho II de Navarra y, quitándole la ropa vulgar con la que iba vestido, lo invistieron con los hábitos distintivos de la realeza.
    Como hecho ciertamente curioso y en recuerdo de haberlo hallado calzado con abarcas, decidieron llamarle desde entonces Sancho Abarca, sobrenombre por el que se le conoce en la Historia.

    [Príncipe de Viana, Carlos, Crónica de los Reyes de Navarra, págs. 47-50.]






    La primera referencia a la población aparece en el año 882 y refiere: "fractus est castro Aybaria a Mohamed Ben Lup". Otras referencias medievales del topónimo aparecen bajo formas similares:
    Agibare, Albar, Aibare, Aibari, Aivar (la hostia), Aivare, Aiubare, Aiuuar, Aiuruuare, Aivar, Aybare, Aybar, Ayuar o Ayvar. El significado etimológico del topónimo parece compuesto por la palabra en lengua vasca ibar, que significa valle o vaguada; pero el término que precede a esta palabra resulta desconocido.


    El nombre en lengua vasca del valle es Oibar. En documentos de 1074 y 1076 se recoge ya la similar forma de "Oiuarr". La existencia en la zona de numerosos topónimos en euskera demuestra que se habló este idioma en Aibar durante muchos siglos.​ En un documento de 1763 se menciona Oibarbidea (que significa el camino de Oibar), considerándose la primera mención exacta de este topónimo. El nombre se perdió en el propio municipio al dejar de hablar sus habitantes en euskera, pero se ha conservado hasta la actualidad en el Valle de Salazar. En 2001 el ayuntamiento, a pesar de que estaba legalmente en la zona no vascófona de Navarra, adoptó la denominación oficial bilingüe de Aibar/Oibar.

    Inicialmente adscrita a la zona no vascófona por la Ley Foral 18/1986, en junio de 2017 el Parlamento navarro aprobó el paso de Aibar a la Zona mixta de Navarra mediante la Ley foral 9/2017.

    Los gentilicios más usados en la población son aibareses / aibaresas y oibartarrak.

    El escudo de armas de la villa de Aibar tiene el siguiente blasón:

    Trae de gules y un castillo de tres torres de oro, la central más alta que las laterales y almenadas de tres almenas. Debajo del castillo dos llaves del mismo metal cruzadas en sotuer.

    Otazu Ripa, Jesús Lorenzo:
    Quizás provenga este blasón del sello céreo que usaba la villa desde el siglo XIII y que representaba, bajo una arcada flanqueada de dos torres y sumada de una tercera más alta, la imagen del patrón San Pedro empuñando una llave. En siglos posteriores y siguiendo las leyes heráldicas, la arcada con las torres se simbolizó en el castillo y la figura del santo en las llaves.

    Situación:
    Cáseda, Leache, Lumbier, Sangüesa, Sada, Rocaforte. Aibar está situado en la parte este-centro de la Comunidad Foral de Navarra. Su término municipal tiene una superficie de 47,79 km² y limita al norte con Ibargoiti y Urraul Bajo, al este con Sangüesa, al sur con Cáseda y al oeste con Sada y Leache.

    La villa de Aibar se encuentra situada a orillas del arroyo Uñezar, sobre una ladera entre Sada y Sangüesa a 531 msnm. En la parte norte de su término municipal se encuentra la sierra de Izco donde la cota máxima de altitud es el pico Olaz con 884 msnm. En ella también desatacaríamos otros montes como Biescas, La Vizcaya, Menditxuri, San Millán y Pinillas con cotas que oscilan entre los 900 y 1.000 msnm.

    La administración política se realiza a través de un ayuntamiento de gestión democrática cuyos componentes se eligen cada cuatro años por sufragio universal desde las primeras elecciones municipales tras la reinstauración de la democracia en España, en 1979. El censo electoral está compuesto por los residentes mayores de 18 años empadronados en el municipio, ya sean de nacionalidad española o de cualquier país miembro de la Unión Europea. Según lo dispuesto en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General,8​ que establece el número de concejales elegibles en función de la población del municipio, la corporación municipal está formada por 7 concejales. La sede del Ayuntamiento de Aibar está en la plaza Consistorial.

    Monumentos religiosos:
    Basílica de Santa María: Es un edificio de estilo románico, de la segunda mitad del siglo XII y está formado por una sola nave de cuatro tramos y cabecera semicircular. Por soporte tiene unas pilastras con medias columnas adosadas que se apoyan en unos pedestales prismáticos con plintos lisos y basa compuesta por toro y escocia con bolas en los ángulos. Las esculturas de los capiteles son motivos simples sin figuración humana. La bóveda es de medio cañón apuntado y está jalonada por cuatro arcos fajones apuntados y doblados que descansan en las pilastras. Del su interior destaca el retablo mayor de estilo barroco que preside el templo el cual data de 1710.
    Basílica de San Joaquín: Es un edificio del siglo XVIII formado por una sola nave de cuatro tramos y cabecera recta. Está cubierto por una bóveda de lunetos jalonada por arcos fajones muy planos que descansan sobre unas ménsulas muy sencillas, a cuya altura corre una imposta lisa. Su exterior es de sillarejo y la puerta del templo tiene un arco de medio punto con dovelas de sillar. también tiene una espadaña con campana a los pies sobre la fachada. De su interior destaca el retablo de San Joaquín de estilo barroco de la primera mitad del siglo XVII.
    Iglesia de San Pedro: Es un edificio de estilo románico del siglo XII, formado por tres naves de tres tramos, la central más ancha que las laterales. Además éstas presentan cierta irregularidad en su trazado y son más estrechas en el tramo próximo a la cabecera que en los pies. En el siglo XVI le fue añadido un amplio crucero más la capilla mayor y la sacristía.